Quienes logran sobrevivir a situaciones de abuso sexual a menudo luchan con sentimientos de miedo, tristeza, vergüenza y se siguen culpando a sí mismas por todo lo vivido. Hoy quiero hablar de por qué la culpa es una de las emociones más difíciles de trabajar tras haber sufrido abuso sexual y qué funciones tiene.
· PENSAMIENTOS DE MIS PACIENTES
Los pensamientos en relación a la culpa vienen en forma de autorreproches al sentir que no actuaron de manera correcta:
-“¿Por qué no luché más?”, “se hubiera evitado si hubiera hecho otra cosa”
-“¿Por qué no dije/hice nada?”,“¿Por qué permití aquello?”
Otro tipo de pensamientos van dirigidos a criticar una parte de su personalidad:
-“¿Por qué soy tan patética y débil?”
-“¿Por qué soy tan ingenua?”
-“¿Cómo pude ser tan tonta?”, “Hay algo mal en mí”.
· EL SISTEMA DE DEFENSA DE NUESTRO CEREBRO
Cuando hay una situación de peligro y amenaza extrema, nuestro cerebro capta rápidamente dicho peligro y evalúa de una manera automática cuál va a ser la respuesta más adaptativa a esa situación: luchar, huir, someternos o congelarnos/disociarnos.
Esto no es algo que se pueda elegir, es una respuesta que nuestro cerebro da de manera refleja en función de la edad, experiencias pasadas y el tipo de amenaza que está teniendo lugar.
Que un menor sea abusado sexualmente por un adulto es una situación extrema y el cerebro evaluará que para sobrevivir será mejor someterse y/o congelarse. Un niño/a no puede vivir solo en el mundo ni enfrentar una respuesta de peligro extrema sin otros adultos que le ayuden.
· FUNCIONES QUE TIENE LA CULPA
-MANTENER EL APEGO CON ALGUIEN QUE NOS DAÑA
En nuestra infancia necesitamos apegarnos a adultos para sobrevivir. Cuando son los seres queridos (padres, familiares) los que abusan y/o agreden sexualmente, colocan al menor en un dilema muy difícil, ya que dependen para sobrevivir de esas mismas personas. ¿Cómo me apego a alguien del que a la vez tendría que huir porque me está agrediendo? ¿Pero cómo voy a huir si soy un niño/a?. Es imposible que un menor por sí mismo pueda salir de una situación de abuso sexual, ya que necesitará contar con otros adultos. El problema es cuando no solo agrede el/la agresor/a sino que los otros adultos de alrededor no protegen, no denuncian, niegan la situación, miran a otro lado, minimizan o culpan. La herida emocional que recibe un niño/a que ha sufrido abuso sexual en este caso es doble.
Su cerebro que es muy inteligente le protegerá y activará un mecanismo de defensa para APARTAR LO MALO de dichos cuidadores y mantener la ilusión de lo bueno. Esto es uno de los mecanismos de la DISOCIACIÓN que se produce en nuestro interior. No podrá ver todo esto hasta que esté preparado/a en su vida adulta.
Esto se llama CONFLICTO DE APEGO AL AGRESOR.
-RECIBIR MENSAJES MANIPULADORES Y CULPABILIZADORES
Los agresores siempre se ocupan de justificar las agresiones que hacen y lanzan mensajes más o menos explícitos: “te lo mereces, es tu culpa, en realidad te gusta, tú eres quien lo busca, no hay nada malo en todo esto, eres malo/a”… Si el abusador es un cuidador o alguien en quien confiamos, culparnos a nosotros mismos va a ser una forma de protegernos de enfrentar la realidad tan dolorosa de que alguien que tiene que quererme me está dañando enormemente.
Recordemos que si ese agresor es una figura importante de apego para el menor, no va a haber forma de cuestionar esos mensajes durante la infancia. Ese niño/a se va creyendo todo lo que le van diciendo y va interiorizando este tipo de mensajes hasta que en la vida adulta se los seguirá diciendo a sí mismo/a lo que reforzará el sentimiento de culpa.
Por otro lado, este enfado y culpa hacia uno/a mismo/a es una manera de alejar el sentimiento de tristeza, indefensión, vulnerabilidad e impotencia. Sería como pensar que es más “tolerable” estar enfadado/a conmigo mismo/a que sentir tristeza, soledad, indefensión, impotencia.
-INTENTAR MANTENER EL CONTROL DE UNA SITUACIÓN (LOCUS DE CONTROL)
El locus de control se refiere al grado de control que las personas sienten sobre una situación. Si alguien tiene un “locus de control interno” significa que cree que tiene control total sobre todo lo que sucede. Alguien que tiene un “locus de control externo” cree que es completamente impotente.
Por ejemplo, si vas a una entrevista de trabajo, hay una parte que vas a poder controlar (cómo presentes tu curriculum, cómo te expreses, buscar información sobre la empresa…) pero hay una parte que no va a depender de ti: cuántos candidatos/as se han presentado, qué experiencia tienen, qué entrevistador/a te toque…
La persona que sobrevivió a la agresión sexual se siente impotente y sin ningún control sobre lo que sucedió. Comienza a sentir que el mundo es un lugar aleatorio, caótico, peligroso y que en cualquier momento pueden ocurrir cosas malas. Por lo tanto, la AUTOINCULPACIÓN, si bien produce vergüenza y es intensamente dolorosa, en realidad ayuda a mantener cierto control de lo sucedido. Digamos que es una forma que tiene el cerebro de calmarse porque pensar en un mundo en el que yo puedo tener control es menos perturbador que ver el mundo como caótico. Es una manera de sentirse estable y de protegerse.
· TRABAJAR LA CULPA
-TOMAR CONCIENCIA DEL CONFLICTO DEL APEGO AL AGRESOR. La persona que sufre abuso sexual tiene que entender que para sobrevivir tuvieron que querer a las personas que les estaban haciendo tanto daño. Hay que ir viendo a esas figuras adultas que no protegieron y que agredieron de una manera REAL, y hacer un duelo por la infancia y los padres o familiares que no se tuvieron y que tanto dañaron.
Aceptar la realidad de que quien realmente tuvo que quererme y cuidarme fue quien me hizo tanto daño es una realidad muy dolorosa, y es por ello que nuestro cerebro nos quiere proteger de ello hasta que estemos preparados/as psicológicamente para enfrentarlo.
Es muy común que mis pacientes cuando llegan a consulta y me relatan episodios de agresión sexual, al principio hablen de los agresores y de los adultos que no les protegieron de una manera positiva.
-COLOCAR LA RESPONSABILIDAD ÚNICA AL AGRESOR/A.
Trabajar todo esto lleva mucho tiempo: entender por qué se culpa y lograr colocar la única responsabilidad en quien la tiene que fue quien le agredió. Quien sobrevive al abuso sexual NUNCA será culpable de haber sido abusado/a. La culpa le ayudará a mantener un mundo menos caótico y preservar un sentimiento de vulnerabilidad muy extremo hasta que pueda trabajarlo.
-LA AUTOCOMPASIÓN Y EL CARIÑO HACIA UNO/A MISMO/A
Quienes sobreviven a una experiencia traumática de abuso sexual suelen sentir odio, rabia, asco y desprecio hacia sí mismos/as.
Un trabajo muy bonito es empezar a mirarse con ojos de ternura, de empatía, de amor, entender todo lo que le sucedió. Y en esto la mirada del psicólogo/a va a ser muy importante porque quizá es una de las primeras veces que van a recibir cariño, amor y respeto absoluto hacia quienes son.
-ENTENDER LAS RESPUESTAS AUTOMÁTICAS FRENTE A UNA SITUACIÓN DE PELIGRO
Entender que nuestro cerebro da respuestas automáticas que no podemos controlar después de evaluar que una situación es de un peligro extremo. Esto explica por qué no se pudo luchar ni huir, por qué no era una opción real.
En terapia se podrá trabajar para que todos los recuerdos se puedan vivir aquí y ahora de otro modo.
Por último, que no se te olvide que la CULPA fue una manera de protegerte frente a tu dolor. Vas a ir aprendiendo en tu proceso terapéutico que ya no necesitas llevarla contigo. Es hora de despedirte de ella.