Se acerca el final de año y son muchas las personas a las que les gusta pararse a mirar y valorar cómo fue este año, qué acontecimientos sucedieron, cómo se sintieron y qué conclusiones sacan para despedir este año y dar la bienvenida al siguiente.
Para aquellas personas que les gusta hacer ese ejercicio, voy a proponer una serie de preguntas que sirvan para reflexionar en nosotros y nuestras vidas.
1. ¿CÓMO ME SIENTO CONMIGO MISMO/A?
Es una de las preguntas más importantes de todas las que he propuesto. Preguntarnos cómo nos sentimos con nosotros mismos significa preguntarnos qué pensamos de cómo somos, de cómo son nuestros pensamientos, nuestras acciones, las decisiones que tomamos, las relaciones que tenemos, cuánto escuchamos lo que sentimos… Cómo nos tratamos: si nos miramos y tratamos con cariño, con comprensión y nos cuidamos, o sin embargo, nos sentimos enfadados, nos criticamos, autodestruimos, nos tratamos mal, nos infravaloramos… La mirada que tenemos hacia nosotros mismos tiene mucha relación con cómo nos miraron desde que vinimos al mundo. Es decir, si nos miraron con cariño y comprensión cuando éramos pequeños, será más probable que nos miremos de esta manera; sin embargo, si nos miraron con mucha crítica, exigencia… probablemente habremos interiorizado una mirada de rechazo.
2. ¿QUÉ SENTIDO TIENE MI VIDA?
A lo largo de nuestra vida pasamos por distintos momentos de “CRISIS VITALES”, o crisis existenciales. Suelen estar vinculadas a momentos de cambio, de tránsito, cambios de etapas donde nos preguntamos y repreguntamos por el sentido y el significado de nuestras vidas. Qué es aquello que nos motiva, qué es aquello que le da sentido a nuestras vidas y lo que nos provee de bienestar. Necesitamos transitar por esas preguntas y darnos tiempo para ir respondiéndolas, ya que cada persona tiene que descubrir el sentido de la suya.
Relacionado con esto está el descubrir qué es aquello que me apasiona: descubrir las pasiones, intereses, aficiones, hobbies… ya que esto ayudará a verle el sentido a la vida. Por ejemplo hay quien le apasiona la escalada, quien se puede pasar horas y horas escuchando/tocando música, quien lee, quien baila, cose, quien le gusta aprender… da igual qué sea aquello que interesa, lo valioso será descubrirlo. Y si no lo has descubierto, date tiempo para hacerlo.
3. ¿CÓMO SON MIS RELACIONES CON LOS DEMÁS?
En esta pregunta planteo cuál es la calidad de los vínculos que establezco con el resto, no tanto la cantidad. En calidad me refiero a qué grado de intimidad existe, cuánta confianza hay, qué tipo de comunicación tenemos, si son relaciones donde se expresa el afecto o son más frías, qué equilibrio hay entre lo que doy y me dan, si hay respeto mutuo, si hay dinámicas tóxicas y qué me hace seguir ahí, cómo se manejan las diferencias, si necesitaría ampliar mi círculo social o sin embargo me siento a gusto con él…
4. ¿ESCUCHO ATENTAMENTE A MIS SENSACIONES CORPORALES Y A MIS EMOCIONES?
Cualquiera de mis pacientes sabe que este área es un núcleo importante de la terapia que yo ofrezco, ya que poder conocer en profundidad lo que mi cuerpo siente e identificar las emociones que voy sintiendo para ir manejándolas es crucial en el trabajo personal de cualquiera. Es habitual que muchas personas no se detengan ni dediquen tiempo en observar qué sienten sus cuerpos, ni en identificar si están tristes, asustadas, enfadadas, o frustradas… En muchas familias las emociones se negaron, reprimieron, evitaron, castigaron, aparecían descontroladas… A veces es necesario aprender desde cero a dar importancia tanto al cuerpo como a las emociones, a empezar a observarlos, nombrarlos y saber gestionarlos.
5. ¿SOY CAPAZ DE SEPARAR LO QUE TENGO QUE ACEPTAR DE MI VIDA Y AQUELLO QUE PUEDO CAMBIAR?
Me encuentro a muchos pacientes que quieren cambiar aspectos de sí mismos, de su vida, de sus relaciones y ponen mucho el foco aquí. Claro que es importante el cambio, pero hay que saber distinguir hasta dónde se puede cambiar y cuándo hay que saber también aceptar aspectos de mí mismo o de mi vida.
Por ejemplo, M. me dice que no quiere tener ansiedad ni quiere tener miedo a perder a un ser querido, y el objetivo será que aprenda a manejar mejor la ansiedad y el miedo pero no a quitarlos del medio. Necesitará aceptar que el miedo es una parte natural y adaptativa a ciertas situaciones, y que la ansiedad es una alarma que está comunicando que algo sucede. Conseguir el equilibrio entre la aceptación y el cambio.
6. ¿ESTOY RECONCILIADO/A CON MI PASADO?, ¿CÓMO ME SIENTO CON MI “YO DEL PASADO”?
Este es otro gran tema dentro del trabajo en terapia. Vivimos en el presente pero normalmente todos traemos una mochila del pasado de situaciones que se quedaron sin cerrar, que huimos hacia delante sin mirarlas, que dolieron tanto que quizá de niños o adolescentes no tuvimos las herramientas para enfrentarlas y que se quedaron enquistadas, que siguen influyendo en cómo es mi vida en el momento actual…
Nos sentimos culpables, nos reprochamos aspectos que pudimos hacer distintos, a veces no nos hemos perdonado y nos criticamos por aquello de entonces, o nos juzgamos y nos agredimos…
Reconciliarnos con nuestro “yo del pasado” será igual o más importante que reconciliarnos con el del presente.
7. ¿CÓMO ME VEO EN UN FUTURO?
Esta pregunta anima a una proyección al futuro, anima a preguntarnos por nuestros deseos y motivaciones futuras, por cómo nos gustaría vernos.
Tuve un profesor en mi etapa formativa como psicóloga que planteaba un ejercicio que me gustó mucho. Nos pedía que nos imagináramos con 40, 50, 60, 70… y desde ahí teníamos que tener una conversación con nosotros del presente. Recuerdo que me impactó y me gustó mucho a la vez tener esa imagen de mí misma a los 70 años y cómo era mirar a la joven de ese momento. Me gustó imaginar cómo había llegado hasta allí y cómo me sentía conmigo.
Tenemos que vivir en el presente, sí, esta idea de estar en el “aquí y ahora”, pero también es interesante el trabajo con la proyección futura y ver cómo llegar allí.
8. SI PUDIERA VOLVER A SER UN NIÑO/A EN LA NOCHE ANTERIOR A REYES Y PUDIERA PEDIR ALGÚN DESEO, ¿QUÉ PEDIRÍA?
Suelo hacer esta pregunta a mis pacientes cuando les estoy conociendo en las primeras sesiones. ¿Qué 3 deseos pedirías en este momento de tu vida?. Es curioso como hay quien le cuesta responder ya que no está conectado con sus deseos y sí mucho con las obligaciones y normas; hay quien necesitaría más y más deseos y no tiene suficiente con tres; quienes traen deseos que no son posibles y muestran situaciones no elaboradas del pasado (por ejemplo: que un familiar muerto volviera a la vida, o poder lograr algo que no se pudo); quienes piden cosas para el resto del mundo y se olvidan de pedir para sí mismos; quienes necesitan aspectos más materiales mientras que otros piden cosas más emocionales… En fin, este tema daría para mucho… así que termino este post haciéndote a ti la pregunta… ¿Cuáles serían los tuyos?