Por la terrible situación que estamos viviendo debido al coronavirus, la muerte está muy presente en la mayoría de las familias en este último año. Es necesario acompañar a los menores a que entiendan qué es la muerte y cómo acompañarles en el camino de la pérdida de un ser querido.

Actualmente estoy atendiendo a una familia con un niño de 5 años que acudieron porque el abuelo ha fallecido por coronavirus y a los padres les surgían muchas dudas en torno a qué contarle, qué no contarle, cómo ayudarle a superar la pérdida de su abuelo… Y a partir de esta situación he pensado que podría ser de ayuda para muchos padres escribir este post.

Voy a comentar algunas ideas más generales en torno a la comunicación de la muerte a los niños y después me centraré en una parte más específica por edades para que se pueda entender que la elaboración de la muerte también va a depender del momento evolutivo en el que cada menor se encuentre. También recomendaré una serie de cuentos adaptados a cada edad para leer con ellos.

·         IDEAS GENERALES EN TORNO A HABLAR DE LA MUERTE CON LOS NIÑOS

-Cómo el resto de adultos de la familia viva la pérdida va a ser muy importante para el menor. ¿Se habla de la persona que falleció?, ¿los adultos expresan todo tipo de emociones (tristeza, miedo, dolor, enfado…) delante de los niños como una forma de normalizar el proceso de duelo?, ¿se le ha incluido en los rituales de despedida?, ¿se les permite expresarse con libertad? (es decir, evitar expresiones del tipo: “tienes que ser fuerte o valiente”, “los mayores ya no lloran”, “tienes que portarte bien”)

Recuerdo a un padre hace años que consultaba porque se había muerto su hermana, y me decía que él no había dicho a su hija nada de que no podía hablar de la tía, y tampoco le había prohibido que llorase, sin embargo, la niña estaba completamente retraída, evitaba el tema del fallecimiento de su tía y se escondía para que no vieran ninguna de sus emociones. Cuando indagamos sobre cómo él estaba expresando sus sentimientos, vimos que él estaba reprimiendo los suyos propios, luego su hija estaba aprendiendo a hacer lo mismo.

-Generar un sentimiento de PROTECCIÓN en el/la niño/a ante la pérdida de un ser querido, que se sientan acompañados y seguros en el proceso de duelo.

-Revisar el concepto de muerte que tienen los adultos de esa familia. ¿Tenemos temores?, ¿existen tabúes?, ¿nos cuesta nombrar las palabras en torno a la muerte?, ¿queremos “proteger” falsamente a nuestros hijos de un posible sufrimiento cuando realmente a nosotros nos cuesta enfrentarnos al tema?, ¿qué pienso yo de la muerte?, ¿cuáles son mis creencias?

-Que la información sea clara y evitar confusiones y mentir a los menores. Decirles que ha subido al cielo (salvo que existan creencias religiosas en la familia), que está durmiendo, que se ha ido de viaje… serían ejemplos de mensajes confusos para un niño.

-Trasladar varias ideas claves: IRREVERSIBILIDAD DE LA MUERTE (no vamos a volver a ver nunca más a esa persona), UNIVERSALIDAD (todos vamos a morir), LAS FUNCIONES VITALES DEL CUERPO SE PARAN (quien muere ya no ve, ni respira, ni sufre, ni piensa…)

·         LA MUERTE SEGÚN LA EDAD DE LOS/LAS NIÑOS/AS

El concepto de muerte va a ir evolucionando según la edad. Vamos a ver esas etapas en detalle (siempre tener en cuenta que las edades es una guía aproximativa, cada menor después tendrá su maduración individual)

-DE LOS O A LOS 2 AÑOS

No hay comprensión de la idea de muerte y lo que se percibe es la AUSENCIA O PRESENCIA de las figuras de apego principales. Si falleciera uno de ellos, sería importante ver quién va a ocuparse de todas las labores de cuidado.  Mantener todas las rutinas que ya había será fundamental para el menor.

Pueden contagiarse del estado de ánimo de las otras figuras de apego. El adulto puede emocionarse delante del bebé siempre que no sea de una manera desbordada que impida atenderle adecuadamente. Si es así, habría que recurrir a otras figuras de cuidado.

Por último, el bebé/niño podría notar un cambio en esas rutinas y al notar la ausencia de la figura de apego principal, podría mostrar irritabilidad, pérdida del apetito, dificultades para conciliar el sueño.

-DE LOS 3 A LOS 5 AÑOS

Esta etapa se corresponde con el PENSAMIENTO LITERAL y CONCRETO: no distinguen bien entre realidad y fantasía, creen en aquello que sueñan e imaginan. También creen en todo lo que se les dice, no dudan acerca de la veracidad de lo que sus padres le cuentan, por ello es muy importante NO UTILIZAR METÁFORAS, porque ellos no podrán entenderlas: “Está en un lugar mejor, está dormido, está en el cielo”.

El concepto de la MUERTE es TEMPORAL Y REVERSIBLE para ellos.

En esta fase los niños preguntan mucho, ya que es una forma de aprendizaje. Es la etapa de los PORQUÉS, pueden preguntar repetidamente: ¿Cuándo va a volver?, ¿Si el muerto va al baño?, ¿si respira?, ¿si come?... Y aquí las respuestas a dar tienen que ser claras y generales del tipo: “Ya no le vamos a volver a ver”, “ya no come, ni respira, ni va al baño”. Pueden usarse ejemplos de la naturaleza (plantas, animales), del fallecimiento de mascotas.

Es momento para hablar de EMOCIONES relacionadas con la pérdida: “estoy triste porque le echo de menos”.

Es posible que haya un proceso de pérdida de la autonomía transitoria y que no quieran dormir solos, o comer solos, o hacer actividades que antes sí hacían en soledad.

Los cuentos que recomiendo para estas edades son:

-“Cuando estoy triste” de Tracey Moroney. Editorial SM.

-“Efímera” de Stéphane Senegás. Ed. Takatuka

-“El árbol de los recuerdos” de Britta Teckentrup. Ed Nube Ocho

-DE LOS 6 A LOS 9 AÑOS

En esta etapa ya entienden la IRREVERSIBILIDAD de la muerte y empieza a aparecer la idea de la UNIVERSALIDAD.

Aparecen preocupaciones en torno a la muerte de los padres y a la propia. “¿Tú vas a morirte?, ¿qué pasa con el cuerpo cuando alguien muere?, ¿Qué cambios hay a partir de la pérdida de alguien?, ¿Cómo son los rituales de despedida?, ¿Cómo es el cielo o el más allá?, ¿Quién cuidará de mí?. Hay que responder a todo lo que pregunten y seguir trasladando la idea de que ellos de mayores van a tener apoyos y podrán cuidarse a sí mismos. En relación a la pregunta del cielo o del más allá, aquí dependerá de las creencias de cada familia: si hay creencias religiosas se hablará desde ahí, si no existen creencias religiosas se contará lo que cada uno considere acerca del más allá.

Puede haber un miedo adaptativo y una serie de comprobaciones por parte de los niños en torno al bienestar de los padres para ver que siguen vivos. Por ejemplo, recuerdo una niña que había perdido a su abuelo,  que pedía a su madre muchas veces al día que llamaran al padre que estaba de viaje para comprobar que estaba bien y no le había ocurrido nada.

Puede empezar a comprender las causas y todo lo que rodea a la muerte, y a partir de esta edad se considera que pueden participar de los RITUALES DE DESPEDIDA (tanatorio, cementerio…) aunque siempre será conveniente preparar antes y hablar de lo que allí verá. Incluso proponer si quiere hacer algún ritual propio de despedida: un dibujo, una carta, un libro de fotos, una caja de recuerdos…

Es posible que durante el proceso de duelo haya una bajada en el RENDIMIENTO ESCOLAR que no tiene que ser preocupante, aparezcan miedos, haya menos atención y concentración…

Los cuentos que recomiendo son:

-“Yo siempre te querré” de Hans Wilhelm

-“¿Cómo es posible?. La historia de Elvis” de Peter Schossow

-“Como todo lo que nace” de Elisabeth Brami. Ed. Kókino

-DE LOS 10 A LOS 16 AÑOS

En este momento la concepción de la muerte comienza a ser más adulta: es FINAL, IRREVERSIBLE Y UNIVERSAL. Se entiende la muerte en todas sus facetas, y su pensamiento ahora ha alcanzado el concepto de LO ABSTRACTO. Aunque también se va a vivir como un hecho más lejano, algunos podrán fantasear con su propia muerte, otros la negarán,  otros se sentirán “inmortales” dado el momento evolutivo por el que pasan, o incluso puede aparecer la ideación suicida con ideas pasivas de querer morirse cuando sufren. (Esto podría explicar cómo algunos adolescentes no están siendo del todo conscientes de las consecuencias del coronavirus)

La muerte empieza a aparecer como un TEMA EXISTENCIAL: ¿cuál es el sentido de la vida?. Va a haber más preguntas acerca de las creencias religiosas, culturales, sobre la existencia de espíritus, qué ocurre con el alma, si existe la resurrección y reencarnación.

La comunicación y expresión emocional con la familia dependerá de los vínculos afectivos que se hayan creado previamente y de la comunicación temprana en torno a la muerte. Siempre contar con ellos para que puedan participar en los rituales de despedida.

Es muy importante evitar responsabilizarles con ROLES que no les corresponden ni negarles la expresión de sus emociones: “tienes que cuidar de tus hermanos”, “ahora tienes que ser muy fuerte”, “cuida de tu madre”, “tu padre no querría verte así”.

Igual que en la fase anterior, puede haber una bajada en el rendimiento académico durante el proceso de duelo y cambios en el estado de ánimo.

Los libros que recomiendo:

-“Mamá se ha marchado” de Christoph Hein. Ed Barco de Vapor

-“Un pellizco en la barriga” de Alma Serra

-“De qué color es tu recuerdo” de Paco Ortega.

Como podéis ver es un tema que daría para muchísimo más. Espero que os haya servido y sobre todo, acompañemos a los más pequeños a entender la muerte, a hablar de ella y a expresar todas las emociones que tengan.

2 Comments

Skype Me™!

Asesoramiento Skype

Primera visita Gratis
Sin Compromiso