Hoy quiero detenerme en hablar de esa etapa posterior al nacimiento del bebé: el postparto. Es difícil concretar un tiempo exacto sobre cuánto puede durar esta fase, ya que depende de muchos factores, pero yo diría que mínimo son 6 meses.
Tras haber atendido a muchas mujeres que atravesaban por sus postpartos con mayores o menores dificultades, cuando he tenido que decidir un título, me ha venido a la mente la imagen de una montaña rusa. Esta etapa se caracteriza por momentos de subidas y bajadas continuas y por vivir experiencias muy intensas y cambiantes.
A continuación voy a ir hablando de los temas más recurrentes que surgen en este momento y que creo que pueden resultar útiles para otras mamás que se encuentren en sus postpartos:
-EL PUERPERIO SON MÁS DE 40 DÍAS. El número de 40 días está como muy marcado en el contexto médico, y se supone que pasados estos días el cuerpo está volviendo a la “normalidad”. Pero claro, y ¿qué pasa con el terreno psicológico?. E incluso a nivel físico ese número es relativo, ya que todo va a depender de cómo se desarrolló el parto. Si el parto ha sido complicado, van a ser necesarios muchos más días o incluso meses. Las mujeres van a necesitar contar su parto una y otra vez, ya que es una manera de elaborar todo lo que ahí se ha vivido. Si estamos hablando de partos traumáticos, la necesidad va a ser aún mayor.
-LACTANCIA MATERNA, ¿SÍ O NO?. Pues DEPENDE. Esta es una de las primeras decisiones más complicadas. Creo que cada madre tiene que ser libre de decidir lo que considere y sí me parece como regla fundamental que lo que debe primar en la decisión es EL ESTADO EMOCIONAL DE LA MADRE.
-EL CONCEPTO DEL TIEMPO CAMBIA: parece que el tiempo se para, las horas pasan lentas, los días son iguales uno tras otro… y a la par paradójicamente, no hay tiempo para nada, la madre siente que no tiene tiempo para comer, dormir, ni siquiera ducharse a gusto. Sobre todo esto ocurre los primeros meses donde el bebé es más dependiente de su madre. Sentirse desbordada y que el tiempo no cunde es algo completamente normal. Es necesario recibir AYUDA.
-AMBIVALENCIA DE EMOCIONES: hay días que puedes sentirte la mujer más afortunada del planeta y ver a tu bebé precioso mientras va creciendo, y otros donde el agobio, la tristeza, el cansancio, la irritabilidad no te hacen disfrutar. Esta ambivalencia no siempre está bien vista a nivel social. Hay una idealización de cómo tiene que comportarse esa futura mamá, unas exigencias externas: “tienes que estar contenta”, “tienes que disfrutar de este momento”, “tienes que ser buena madre”, “tienes que hacerlo todo bien”… y la realidad es que las madres también se sienten agotadas, tristes, enfadadas, abrumadas, frustradas, impotentes frente a este nuevo cambio, y a la vez sienten deseo, ilusión, alegría y felicidad. Permítete sentir la emoción que venga.
-ACEPTAR LOS DUELOS (“pérdidas”): el primer duelo que hay que enfrentar es el de UNA MISMA: los tiempos para una misma se reducen o son inexistentes durante una temporada. El bebé ocupa un espacio nuevo y requiere de una serie de renuncias en otras facetas individuales. Esto se sabe racionalmente, pero después hay que vivirlo, aceptarlo e integrarlo.
El duelo por la pareja. De 2 pasamos a 3 (o más de 3 en el caso de que haya más hijos). El ESPACIO EN PAREJA también se difumina para dar lugar al espacio de padres. Será un reto cómo recuperarlo y compaginarlo con los nuevos roles parentales.
El DUELO SOCIAL. Hay amigos que pueden sentir que hablamos idiomas distintos ya que los temas de conversación en el postparto suelen girar bastante alrededor del bebé. Hay que entender esta diferencia con otras amistades que no tienen hijos y la comunicación con ellos será crucial para hacer frente a este período.
-LIDIAR CON LOS “EXPERTOS” Y “LAS MIRADAS CRÍTICAS”: todo el mundo opina, cuenta su experiencia: “lo que tienes que hacer es poner la teta así…”, “¿pero le estás dando ya biberón?”, “¿aún sigues con la lactancia materna?”, “¿pero cómo dormís al bebé en vuestra cama?”, “¿ya le vais a llevar a la guardería?”, “¿y no vais a tener más hijos?”… podría seguir y seguir con opiniones y críticas que todas las madres tienen que oír. Es necesario ponerse un CHUBASQUERO SIMBÓLICO, para que podamos elegir qué comentarios cogemos y cuáles no, ya que si no ponemos un escudo frente a todos los comentarios del exterior, el postparto se puede hacer más cuesta arriba.
-BUSCAR ALIADOS Y MOMENTOS PARA COMPARTIR. Con aliados me refiero a cualquier apoyo a nivel de la familia extensa, o bien con otras mamás que estén pasando por la misma etapa o ya hayan pasado por aquí. Me da pena cuando me cuentan las madres que llevan el postparto en SILENCIO y aisladas por miedo a ser juzgadas. Sienten una especie de competición con otras madres. Entiendo que es inevitable la comparativa, pero somos aliadas, no enemigas, tenemos que ir remando en la misma dirección, aunque a una se le dé mejor remar de una manera y a otra de otra, no podemos juzgarnos entre nosotras, necesitamos respeto y también respetar lo que sea diferente a lo nuestro.
-PRECAUCIÓN CON LAS LECTURAS POR INTERNET: hoy en día hay mucha información accesible de toda mujer en postparto. Claro que es interesante leer, pero también hay que tener cuidado de no estar “sobreinformadas”.
Recuerdo a una mamá con un bebé de casi 2 meses, que vino a una sesión muy angustiada porque tenía una aplicación en el móvil que le iba diciendo qué avances iba a ir consiguiendo su bebé a nivel evolutivo. Había leído que a partir de la 6ª semana ya tenía que haber adquirido su hija la sonrisa social, y que no se había reído ni una sola vez. Fue necesario valorar si le estaba viniendo bien ese seguimiento de los hitos evolutivos de manera tan continua, y entender que cada bebé se va desarrollando a un RITMO MUY INDIVIDUALIZADO.
-TOMAR DECISIONES: hay que decidir tantas cosas: sobre la alimentación (lactancia materna o fórmula, en la introducción de sólidos: ¿Método baby led weaning o método tradicional?), en la educación (¿guardería, cuidadora, con familiares, coger excedencia o reducción de jornada?) y los métodos educativos (¿Método convencional o métodos alternativos de enseñanza: Montessori, Waldorf, Doman, Kumon…?), sobre el sueño (¿colechamos o promovemos que duerma en su cuarto?)… En fin, la cantidad de decisiones que hay que tomar es grande. Ahora bien, que cada progenitor elija en base a sus necesidades y las del bebé. No existe sólo un camino, y hay que encontrar el que a cada familia le ayuda más.
-ETAPA “REGRESIVA” Y “PROGRESIVA”: la primera tiene que ver con identificarnos con el bebé para comprender sus necesidades y aquí es probable que la madre también conecte con su lugar como HIJA. Por eso la maternidad es un momento donde se revisan las relaciones con nuestros propios padres. En la “progresiva”: nos tenemos que colocar como adultas para poder contener emocionalmente, cuidar, atender y aquí el lugar es como MADRE que establece un vínculo con el bebé. Mujeres que hayan tenido historias con sus propios padres traumáticas, dolorosas, complicadas… van a tener más dificultades a la hora de colocarse en el lugar de madre.
-DESPRENDERSE DE LA PRESIÓN POR SER “LA MADRE PERFECTA”: No existe esa madre perfecta que siempre acierta, que siempre elige bien, que hace todo correcto… necesitamos ser comprensivas con nosotras mismas y entender también nuestros errores como madres y mirarnos con cariño y sobre todo pensando que es un aprendizaje continuo. Cuidado con que la CULPA no se instale.