La educación sexual es una asignatura aún pendiente para muchos padres que consideran que cuando llega el momento de la pubertad, hay que tener la “CHARLA” con sus hijos y asunto cerrado. Muy probablemente estos padres hayan tenido unos padres que tampoco hablaron con ellos de estos temas, y se sienten incómodos y evitativos para no afrontarlos.
La EDUCACIÓN SEXUAL es mucho más que una conversación y se tiene que iniciar desde que los niños son pequeños. De hecho la educación sexual es un conjunto de muchas conversaciones adaptadas a distintos momentos según la edad de los niños. Y la sexualidad es mucho más que hablar de relaciones sexuales como se verá más adelante.
Para comenzar, importante tener en cuenta:
-La necesidad de estar informado como padre/madre de a qué edades van a ir surgiendo preguntas y comportamientos que son evolutivos y adaptativos del momento.
-Entender que cada niño es único en el sentido de que yo voy a hablar de unos rangos de edad relativos, y hay quienes lleguen antes o después a esos pensamientos, actitudes y comportamientos.
-Reflexionar de manera personal cuáles pueden ser mis tabúes como madre/madre, qué información me dieron a mí, cómo fue la educación sexual que recibí, qué temas me provocan conflicto, cómo me siento con la sexualidad propia…
De 0 a 3 años
La sexualidad en esta fase está unida a SENSACIONES PLACENTERAS del propio cuerpo y a las RELACIONES AFECTIVAS con otras personas. La BOCA es una zona especialmente sensible al placer para el bebé en los primeros dos años de vida: mama (ya sea pecho o biberón), se lleva todo a la boca para reconocer y sentir bienestar.
La SUCCIÓN y el TACTO son las principales sensaciones placenteras de esta etapa. Chupar (chupete, pezón, tetina biberón) es un comportamiento de placer y de reconocimiento como decía anteriormente, y por otro lado, tocar, besar, acariciar al bebé empiezan a quedar almacenadas como muestras de seguridad, cariño y placer para ese pequeño.
Los bebés presentan ya erecciones pero no hay que interpretarlas como una estimulación erótica que ocurre en los adultos, sino como una respuesta natural frente al contacto. Tocarse los genitales (el pene los niños y la vulva las niñas) mientras se les cambia el pañal implica una manera de investigar y conocer su cuerpo.
Hacia el final de esta etapa, en torno a los 3 años, aparece el CONTROL DE ESFÍNTERES. El niño va tomando conciencia de que tiene un CUERPO DIFERENTE al de sus padres. Al dejar los pañales, aparece la sensación de estar “limpio”, y para el niño es placentero experimentar con la retención y la expulsión de la orina y las heces. Hay que entender esta etapa evolutiva ya que es un tema central para ellos, hay juegos en torno al control de esfínteres, les fascina el agua (abrir y cerrar grifos, pararse a ver las fuentes en los parques, jugar con arena, plastilina).
De 3 a 5 años
Quieren exhibir sus genitales, están descubriendo que el sexo contrario es diferente. Es momento de nombrar el PENE y la VULVA. Se observan unos a otros y quieren ver quién tiene qué. La curiosidad tiene que ver con la DIFERENCIA ENTRE LOS SEXOS: usar ropa interior diferente, hacer pis de pie o sentado, tener pene o vulva… Se instaura la IDENTIDAD DE GÉNERO (sentirse niño o niña).
Es una etapa en la que los niños empiezan a preguntar: ¿Por qué…?. Siempre los padres pueden apoyarse de material visual (por ejemplo cuentos) para ir explicándoles estas preguntas en torno a las diferencias entre sexos. Es importante siempre dar respuesta.
Al finalizar esta etapa comienza a aparecer una nueva curiosidad: el ORIGEN DE LOS BEBÉS y sobre las RELACIONES DE PAREJA. Los niños quieren saber: cómo llega un bebé a la barriga, cómo nace, por qué hay familias donde no hay papá o mamá, o hay dos papás o dos mamás… es decir se preguntan por los distintos tipos de familias, y hay que hablar con ellos sobre ello.
En este momento un juego habitual será el de jugar a “papás y mamás”, ya que en este momento también empieza a desarrollarse e integrar la idea del ROL DE GÉNERO: qué es ser mujer y qué es ser hombre, y cómo piensan, sienten y se comporta cada uno. Es muy probable que IMITE lo que ve en cómo sus padres se comportan y las figuras importantes que tiene alrededor. Aquí es clave que los padres sean conscientes de qué roles de género tienen interiorizados.
De 6 a 9 años
Esta etapa coincide con el comienzo de Primaria y de la enseñanza más reglada. El interés por la sexualidad ha bajado de intensidad y no se expresa tan abiertamente como en la etapa anterior, ya que hay una curiosidad y muchos aprendizajes de otras áreas.
Comienza a aparecer la idea de lo PRIVADO, tener cierto pudor de que a uno le vean desnudo, y hay que entenderlo como una etapa más. No hay que reprender, forzar o burlarse porque aparezca esa incomodidad de mostrar su cuerpo frente a la familia o frente a otros.
En torno al final de esta etapa, en el colegio se explica en detalle el aparato reproductor femenino y masculino, por lo que pueden darse más preguntas en torno a las relaciones sexuales, la creación de un bebé... Recuerdo de nuevo que cualquier material audiovisual puede ayudar a los padres en sus explicaciones.
PREADOLESCENCIA (PUBERTAD)
Pasar de ser niño/a a ser adolescente implica una serie de cambios importantes, y entre ellos está el CUERPO, que es tema primordial en esta fase, así como la AUTOESTIMA E IDENTIDAD PROPIA. El desarrollo hormonal hace que los cuerpos de chicas y chicos empiecen a diferenciarse (aparición de vello facial, púbico, axilas, crecimiento de pecho, testículos y pene, menstruación, cambio de voz…), y ahora podrá darles más vergüenza preguntar a sus padres, pero si se ha construido un camino previo de comunicación, los padres también podrán ayudar y acompañar en esa vergüenza y en seguir hablando de cualquier pregunta e inquietud que tengan.
El deseo de INTIMIDAD se hace explícito, y es una etapa donde comienzan a separarse de los padres. Hay que respetar sus espacios privados. Los padres tienen que ir elaborando la despedida del “niño/a”, para dar paso al adolescente.
En este momento será importante pararse a hablar de la idea de puedan tener del AMOR y del SEXO. Pueden descubrir su ORIENTACIÓN SEXUAL, y poder hablar de la masturbación como una práctica saludable y normalizada (aunque muy probablemente el tema de la masturbación ya haya salido con anterioridad).
Como veréis, es un tema que daría para muchísimo más, y he intentado reunir los conceptos más importantes a conocer y recordar.
Por último, no quiero dejar de incluir lo que sería conveniente EVITAR:
-MENTIR. Decir la verdad y si algo se desconoce, decirles abiertamente: “No lo sé”. Si se necesita más tiempo para responder, transmitir la idea de que se va a pensar y se retomará la conversación más adelante, eso sí, después retomarla. Un ejemplo para evitar sería hablar de que los niños vienen de París, o los trae la cigüeña, esto puede crear mucha confusión.
-CULPAR: es importante tener una mirada abierta y tolerante frente a la curiosidad de los más pequeños y sus conductas exploratorias. No tienen que sentir culpa por ello. Hay que ser cuidadoso a la hora de abordar la información, y no transmitirles la idea de que son pesados si preguntan, o de que está mal que exploren y sean curiosos.
-TENER UNA ÚNICA CONVERSACIÓN, EVADIR EL TEMA. Educar en sexualidad implica un compromiso y un PROCESO desde que son bebés hasta la vida adulta.
-CREER QUE APRENDERÁN SOLOS. ¿Por qué si a un niño le enseñamos a montar en bici, a leer, a contar, a comer con cubiertos… no vamos a poder también enseñarles en materia de sexualidad?. Si un niño/a no recibe información por parte de los padres, efectivamente aprenderá solo, pero por el camino podrá encontrarse inseguro, con miedo y con información que no sabrá entender. Es necesario un adulto que acompañe, y más cuando vivimos en un mundo en el que las nuevas tecnologías abren la puerta a una información masiva que tenemos que ayudarles a digerir.
-PENSAR QUE POR HABLAR DE SEXUALIDAD, VA A TENER RESPUESTAS PROMISCUAS, como si la información hiciera que se precipitaran las acciones. Esto no tiene ningún sentido. Al contrario, hablar de algo, tranquiliza y da seguridad conocer y contar con alguien tan importante como los padres para apoyarse.