Según las estadísticas, una de cada cuatro personas sufre abusos sexuales en su infancia, por lo que, es una pregunta esencial que debe ser formulada en algún momento de la terapia.
Como psicólogos, tenemos que facilitar que la terapia sea un espacio de confianza, seguridad, cuidado y afecto donde poder contar una de las vivencias más difíciles de vivir.
En este artículo, voy a centrarme en el proceso de reparación de un abuso sexual, y de los aspectos más importantes para poder trabajar sobre ello:
- Revelar el secreto. La terapia puede ser el primer espacio donde romper el silencio, a veces, muchos años después de lo ocurrido. Se acompañará y dará tiempo a la persona a que lo pueda ir haciendo. El agresor suele haber convencido y amenazado a la víctima con que si lo cuenta, ocurrirá algo malo, perderá el amor de sus seres queridos, puede haber manipulado para hacerla creer que provocó esta situación…
- Poner palabras al abuso sexual. Nombrar abuso sexual es importante para todo el proceso de aceptación y elaboración posterior. Muchas veces, los pacientes prefieren decir “eso”, “lo que pasó”…
- Aceptar la ambivalencia acerca de si ha ocurrido o no, en una primera fase. Es como si hubiera una parte de la persona que necesitase aferrarse a la idea de que quizá no ha ocurrido, de que es como un sueño … En un primer momento, esto es normal, ya que acercarse a la idea del abuso produce un intenso malestar, pero hay que ayudar a la persona a que pueda nombrar y aceptar que sí ocurrió.
- Reconocerse como víctima. Hay un único responsable de la situación de abuso, y ese es el agresor. Esto es algo que llevará tiempo trabajar, ya que la víctima tiende a culparse, responsabilizarse y creer que propició o provocó la situación de alguna manera. Siempre hay una desigualdad de poder con respecto al abusador y la vulnerabilidad del menor.
- Elaboración de todas las emociones relacionadas con la situación de abuso: rabia, asco, miedo, tristeza, impotencia, vergüenza… y de las consecuencias del mismo. La culpa es una de las emociones que más fácilmente se instala en la víctima. Es necesario legitimar el sufrimiento vivido, desresponsabilizar de cualquier acción y entender que un niño tiene unas posibilidades de autoprotección muy limitadas frente a las de un adulto.
- ¿Y el/ los adultos que me tenían que haber protegido?. Este es un punto clave a la hora de poder elaborar toda situación de abuso. Los adultos han podido negar, no saber, ser conocedores y no intervenir, lo que crea una situación de ser cómplices de lo ocurrido. Hay que validar todas las emociones que surjan hacia estos adultos.
- Diferenciar ternura y pasión, de la intromisión del abuso. Es decir, sentir cariño y amor, deseo y pasión, es algo muy diferente a utilizar todo esto para abusar de alguien sin su permiso. Las personas que han sufrido un abuso sexual, a veces tienen dificultades para separar todos estos conceptos.
Por otro lado, también hay que ayudar a la víctima a diferenciar excitación y deseo, pasividad y consentimiento, y participación y responsabilidad. Sobre todo si la víctima ha vivenciado sensaciones erotizadas durante el abuso, ya que esto crea una gran confusión, malestar y culpa. De nuevo, quiero recalcar la única responsabilidad del agresor.
- Durante el proceso de reparación del abuso sexual, será muy probable que reaparezcan flashbacks, es necesario anticiparlo y explicar el motivo.
- Reconstruir una imagen de sí mismo. Tomar contacto con las propias necesidades y derechos, y saber manejar los límites en las relaciones interpersonales. Eliminar la sensación de que se portan características o conductas que le hacen abusable.
- Tomar contacto con recursos personales como adulto, que van a permitirle estar protegido frente a posibles situaciones de abuso futuras. Es decir, qué áreas funcionales existen en la persona.
Por último, dedico este artículo a todos/as los/as pacientes a las que he acompañado en este proceso de reparación tras situaciones de abuso sexual, y animo a toda persona que aún no haya dado el paso de hablar, a hacerlo. Todo mi apoyo y cariño para todas las víctimas de abusos sexuales.