SER PADRE, SER MADRE…
Llega un momento en la vida de toda persona que aparece una pregunta: ¿Quiero ser padre?, ¿Quiero ser madre?. Hay quien tiene muy claro que sí, que no o quien tiene dudas.
Es importante pararnos a reflexionar en ese DESEO de tener un hijo o una hija, en convertirnos en padre o madre, y en poder respondernos a nosotros mismos: ¿por qué quiero serlo?, ¿por qué quiero tenerlo?, ¿para qué (qué necesidad y motivación hay detrás de esta decisión)? y ¿para quién voy a ser padre o madre?.
Desde el mismo momento que la decisión de ser padres está en la cabeza de uno, ese futuro hijo viene a llenar una necesidad, que será importante conocer, cumplirá una función en nuestras vidas, sin ni siquiera estar en el mundo aún.
Las fantasías y expectativas sobre el futuro bebé, no sólo sobre cómo será, sino sobre cómo se relacionará con los demás y cuál será su futuro, están en el imaginario de todo futuro padre o madre. Todo esto es lo que conforma lo que se denomina GUION DE VIDA.
El guion de vida sería algo así como un boceto sobre nuestra propia vida, aunque no esté en un papel. Ese boceto se empieza a fraguar desde la decisión de ser padre o madre, ¿cómo se llamará?, ¿séra niño o niña?, ¿cómo será y a quién se parecerá?, ¿quiero parecerme a mi padre/madre o actuaré de forma contraria?
El padre y la madre suponen durante gran parte de la infancia ser el espejo donde sus hijos se miran y descubren quiénes son, si son valiosos o no, si sus padres pueden contener su angustia en momentos difíciles, si pueden expresar libremente sus emociones…
Ese menor va configurando su identidad en relación a la imagen que sus padres le devuelven. Por ello, una de las tareas que realizo cuando tengo un paciente delante, es conocer y analizar con él, cuál ha sido la construcción de su propia identidad y conocer su guion de vida.
El hijo va a representar de manera insconsciente en su vida, aquellos roles (“cuidador”, “enfermo”, “víctima”, “oveja negra”, “tonto”, “exitoso”…) que le han transmitido sus padres y familiares, independientemente de si se identifica o no con ellos. Dicho guion se irá reforzando por las experiencias que el niño va viviendo.
Por suerte, los guiones de vida pueden ser cambiados. Este es uno de los objetivos de la terapia, que la persona pueda reescribir el guion a su modo, tras ser consciente de qué mensajes y personas lo han condicionado.
Por tanto, de cara a ser futuro papá y mamá, y siendo conscientes de que aparecerán fantasías y expectativas sobre el futuro bebé, será necesario que sean flexibles para cuando llegue el momento, permitan que ese niño, adolescente y futuro adulto, pueda cambiar, corregir, añadir todo cuanto desee para sentirse a gusto con su guion de vida.