Las partes disociativas son mecanismos de afrontamiento que el cerebro crea para protegerse de emociones abrumadoras y experiencias muy traumáticas (como es el abuso sexual infantil). A continuación voy a dar más información acerca de las mismas. Para poder trabajar con ellas es recomendable que se busque terapia con un/a psicólogo/a especialista en trauma complejo.
· QUÉ SON LAS PARTES DISOCIATIVAS
Los menores que sufren abusos sexuales necesitan encontrar una forma de sobrevivir psicológicamente. Es por ello que el cerebro se divide en partes: una que sigue adelante con la “vida normal” y otras que guardarán todas las experiencias traumáticas hasta que la persona esté preparada para afrontarlas y recordarlas en el futuro.
Las partes disociativas son diferentes aspectos de la personalidad de una persona que se han “separado” de manera interna del resto de su ser, y pueden tener pensamientos, sentimientos y conductas, tener nombres y edades distintas.
Se llaman disociativas porque han permanecido fuera de la conciencia de la persona.
· SÍNTOMAS QUE PODRÍAN INDICAR QUE TIENES PARTES DISOCIATIVAS
-Amnesia (pérdida parcial o completa de la memoria) tanto para grandes etapas de tu pasado como para períodos del tiempo del presente.
-No reconocer con claridad a personas de tu entorno, llegar a un sitio y no recordar cómo has llegado hasta allí, haber hecho algo del cual no recuerdas haberlo hecho.
-Encontrar objetos que no recuerdas o reconoces como tuyos o notas/dibujos que están escritas y tú no recuerdas haberlas escrito.
-Sentirte como si fueras otra persona: tener actitudes y preferencias distintas (por ejemplo en cuanto a comida, vestimenta…)
-Sentir que vives en el pasado, o como si fueras mucho más joven de lo que eres.
-Sentir que alguien toma el control de la situación y tú desapareces. Observarte a ti mismo/a decir o hacer cosas sin poder controlarlas o pararlas.
-Inundarte de recuerdos traumáticos que no sabías que existían o bien recuerdos que no consideras como propios.
-Notar que odias algo que normalmente te gustaba o al revés.
-Escuchar voces dentro de ti, pensamientos como si no fueran tuyos, que pueden estar en distintos tonos de voz, pueden ser pensamientos o voces infantiles, de persona más mayor, de hombre o mujer… y que no reconoces como propios aunque los escuchas dentro de tu cabeza.
-Sentir emociones fuertes y abrumadoras de la nada.
-Sentir impulsos hacia acciones que no quieres realizar o que no puedes explicar.
-Tener pensamientos y sentimientos que no son tuyos.
-Tener sensaciones físicas de traumas pasados que parecieran que están sucediendo ahora.
-Tener la sensación de que “estás loco/a” ya que no identificas esas partes como propias o que te pertenezcan.
Si crees que tienes algunos o varios de estos síntomas, quiero que sepas que es esperable que sea así si has sufrido experiencias de abuso sexual infantil. La mayoría de personas al principio siente mucho miedo de tenerlos porque no entiende bien lo que le está ocurriendo. Entenderlos te hará estar más tranquilo/a. Tu cerebro hizo una labor de supervivencia y nada de esto tiene que ver con que estés loco/a.
· CÓMO TRABAJAR CON LAS PARTES DISOCIATIVAS
Como decía antes, el primer paso es buscar a un/a psicólogo/a experto/a en trabajar en trauma complejo, disociación y en partes disociativas, ya que es un proceso complejo que tiene que llevarlo a cabo alguien con formación y experiencia y no cualquier profesional que se dedique a la psicoterapia.
El trabajo va a ir consistiendo en distintas etapas:
-Diferenciar, nombrar e identificar las partes disociativas que existan. Que el paciente entienda qué es una parte disociativa: respuestas al estrés que sufrieron por las agresiones recibidas, y que gracias a ellas pudieron sobrevivir.
-Ayudar a que todas las partes que vayan surgiendo estén orientadas al presente para que puedan ir diferenciando pasado-presente. Estas partes al principio pueden sentir que el pasado está ocurriendo en este momento y esto es extremadamente aterrador para las mismas.
-Fomentar la comunicación interna y el reconocimiento de todas las partes entre sí. De esta manera, favorecer un trabajo en equipo.
Al cultivar la comunicación interna, se irán identificando qué parte/s están presentes, qué necesidades tienen, qué pensamientos, emociones (tristeza, miedo, desconfianza, culpa, vergüenza, enfado…), y qué recuerdos albergan…
-Entender que existen distintos tipos de partes disociativas: infantiles, imitan a agresores, partes enfadadas, partes agresivas, partes vinculadas a emociones (tristes, con vergüenza, asustadas), partes con sensaciones físicas/somáticas… con las que se trabajará de manera muy específica con cada una de ellas.
-Entender la función que cumple cada parte. Todas las partes tienen funciones protectoras, incluso aquellas que estén más enfadadas o sean más agresivas.
-Desarrollar una compasión interna hacia todas. Muchos pacientes quieren al principio eliminar o quieren que “sus partes no existan, o que desaparezcan. Eso no solo no es posible sino que será contraproducente para el mundo interno. El objetivo será comprender, aceptar y ser compasivo con cada parte.
-Usar la imaginación y la visualización: por ejemplo para crear espacios seguros.
-Trabajar en todos los conflictos internos que surjan entre las partes. Por ejemplo: una parte puede sentir tristeza por quien abusó de ellas y otra parte sentir un odio extremo, una parte puede tener un deseo de vincularse afectivamente con los demás y otra desconfiar y querer tomar distancia, una parte puede querer recordar todo lo que ocurrió y otra no querer saber absolutamente nada… Resolver estos conflictos internos será muy importante antes de entrar a trabajar en los recuerdos traumáticos.
-Expresar y procesar todo el contenido que alberga cada parte disociativa.
-Tras el paso anterior es muy probable que dicha parte se una o fusione con la parte “adulta”.
· EL CASO DE ALMA
Alma tiene 45 años, lleva conmigo en terapia desde hace varios años. Ella llegó a terapia con la sensación de que había sufrido algún tipo de abuso sexual por parte de su abuelo en la infancia. Creció en la casa de estos abuelos paternos. Cuando yo la conocí, tenía amnesia de la totalidad de su infancia, apenas tenía ningún recuerdo de cuando era niña, pero sí tenía la sensación de que algo le había ocurrido. En el presente y durante años atrás no podía mantener relaciones sexuales con su pareja y me describía que tenía la sensación de “estar siempre viviendo en el pasado”.
Alma sentía mucho miedo a estar sola porque escuchaba unos pensamientos dentro de ella que no reconocía como propios. Me decía que se sentía como una loca, y que no podía hablar con nadie acerca de lo que le sucedía. Llegar a hablarme de sus partes disociativas llevó su tiempo. Poco a poco fuimos trabajando para que ella entendiera que representaban aspectos de su yo y guardaban recuerdos traumáticos, emociones, necesidades de apego, pensamientos que hasta ahora no había podido reconocer.
Al principio Alma se sentía muy avergonzada, frustrada, enfadada, triste y asustada por el hecho de tener esta partes, pero después fue entendiendo su función y pudimos entrar en comunicarnos con todas ellas. En estos momentos seguimos trabajando con todo su sistema interno y está logrando avances espectaculares.
Espero que este post pueda ayudar y servir a todas las personas que lo lean y que quieran saber más acerca de qué son las partes disociativas.