Hoy quiero hablar de un tema muy recurrente en muchos pacientes que atiendo y es el RECHAZO AL CUERPO. Voy a contar las vivencias de una paciente que atendí hace varios años para explicar su caso y que así se pueda entender mucho mejor qué sucede cuando alguien rechaza su cuerpo.
Martina es una chica de 25 años que no se gusta. No sólo rechaza su cuerpo sino que internamente no se siente valiosa (algo muy habitual en quienes rechazan su cuerpo). Está dividida entre LO QUE PIENSA DE SÍ MISMA Y LO QUE REALMENTE SIENTE DE SÍ MISMA. Piensa que es muy responsable, que es muy trabajadora, que le gusta ayudar a los demás…. Pero sin embargo, siente hacia sí misma odio, rechazo y enfado muy intensos.
· LA IMAGEN CORPORAL
Pensar en imagen corporal implica detenernos en:
-¿CÓMO PERCIBO MI CUERPO en relación a tamaño, forma y distintas partes?. Hablaríamos de distorsión de la imagen corporal cuando no coincide las dimensiones reales de un cuerpo con cómo una persona lo está percibiendo.
Martina percibía que su cuerpo era más ancho de lo que su cuerpo objetivamente medía. Dedicaba muchas horas del día a revisar frente al espejo y detenerse en las partes que no le gustaban. Rechazaba su barriga, y se tomaba medidas a diario, así como se subía varias veces en el día a la báscula para comprobar cuánto había engordado.
-¿QUÉ SIENTO HACIA MI CUERPO? Esto significa hablar de emociones: si siento vergüenza, satisfacción, tristeza, enfado, rabia, rechazo, preocupación, impotencia, frustración…
M. sentía mucha vergüenza, evitaba que le vieran su cuerpo y el verano era un suplicio para ella. En realidad, el verano es una época de mucha angustia para cualquier persona que no se siente a gusto con su cuerpo. Ella evitaba ir a las piscinas o a la playa, y si iba intentaba usar ropa muy holgada y no ponerse en ropa de baño.
-¿QUÉ PIENSO SOBRE MI CUERPO?
M. pensaba que su cuerpo era muy feo, sentía asco hacia él, sólo era capaz de ver los defectos y amplificarlos, se decía cosas muy agresivas hacia sí misma: “Estás gorda, nadie va a querer estar contigo, pero tú te has visto, eres asquerosa, encima no paras de comer y no haces nada para remediarlo…”. Es decir, que algunos de sus pensamientos nucleares hacia sí misma eran: NO MEREZCO SER QUERIDA, NO VALGO, SOY DETESTABLE, SOY UN FRACASO.
· CÓMO SE CONSTRUYE NUESTRA AUTOIMAGEN
La autoimagen tiene un componente físico que es el cuerpo pero también incluye a la AUTOESTIMA, y a la valoración en global que hacemos sobre nosotros mismos. La autoimagen se va construyendo a lo largo de los años y será muy importante revisar la HISTORIA DE VIDA de cada persona en relación a los siguientes temas:
-HISTORIA DE APEGO Y VÍNCULOS AFECTIVOS: cómo las figuras con las que nos hemos identificado han vivido su relación con su cuerpo y consigo mismas. Así como qué mirada han tenido sobre nosotros y nuestro cuerpo: ¿una mirada cariñosa, de respeto, aceptación, protección?, ¿o sin embargo hemos recibido una mirada crítica, agresiva, indiferente, despectiva?
M. venía de una familia donde las mujeres (su madre, sus tías y su abuela materna) no se habían sentido a gusto con sus cuerpos y tenían una relación con la comida complicada: hacían muchas dietas repetidamente, eran muy críticas hacía sí mismas y hacia los demás en torno al cuerpo. Había habido un aprendizaje INTERGENERACIONAL en torno a cómo las mujeres importantes de su vida rechazaban sus cuerpos y no se querían en absoluto. La llevaron desde pequeña al médico para que le pusiera dietas, se sentía presionada para hacer deportes que no le gustaban y recibía críticas cada vez que podía subir de peso.
-REVISIÓN DE TRAUMAS, HISTORIAS DE ABUSO Y/O MALTRATO SEXUAL, FÍSICO O PSICOLÓGICO
M. había sufrido acoso escolar en el colegio por parte de unos compañeros que se metían con ella en Primaria ya que tuvo sobrepeso. Ella silenció durante varios años todo esto y nunca lo contó ni a su familia ni a sus profesores. (Algo muy común en el acoso escolar, ya que por miedo, se mantiene el SILENCIO y el sufrimiento).
Hay una relación muy estrecha entre haber sufrido cualquier tipo de abuso sexual, físico, psicológico o maltrato y el rechazo hacia el cuerpo. Esto es importante tenerlo en cuenta porque hasta que no se trabaje sobre la elaboración de dichos traumas, será poco probable que el rechazo hacia el cuerpo vaya a cambiar.
-RELACIÓN CON LA COMIDA TANTO EN EL CONTEXTO FAMILIAR COMO CONSIGO MISMA: revisión de dietas, manejo del peso, alimentos prohibidos, si hay atracones, ingesta compulsiva, restricción, vómitos, autolesiones…
La comida es uno de los síntomas más visibles detrás del rechazo al cuerpo. Hay que regular los hábitos alimentarios, pero sin caer en dar vueltas y vueltas en trabajar en terapia sobre la comida porque hay que profundizar más allá de los síntomas y entender qué más hay detrás de lo visible.
-LA RELACIÓN ENTRE LAS EMOCIONES Y EL CUERPO. Es muy común que la RABIA esté presente de manera bastante intensa, la FRUSTRACIÓN, la TRISTEZA, CULPA, el ASCO, la IMPOTENCIA. Luego el trabajo con emociones será clave a la hora de trabajar la mirada y el sentir del cuerpo.
-REVISAR EL PASO DE LA INFANCIA A LA ADOLESCENCIA (cambios corporales, aparición de la regla, primeras experiencias sexuales).
M. quería mantener un cuerpo de niña e inconscientemente se resistía a que su cuerpo fuera el de una adulta, tenía mucho miedo de crecer y separarse de su madre.
· LA TERAPIA PARA LA ACEPTACIÓN DEL CUERPO
Algunos de los elementos más importantes que habrá que trabajar en terapia con una persona que rechaza su cuerpo serán:
-PSICOEDUCACIÓN. Comprender y entender no sólo el origen del rechazo al cuerpo, sino cómo se mantiene en la actualidad, y todo aquello que esté relacionado que comentaba en el apartado anterior.
-ÁREA RACIONAL: en la parte de pensamientos suele haber dos temas que aparecen habitualmente en el rechazo al cuerpo y son el CONTROL y el PERFECCIONISMO.
M. se sentía segura en su vida a través de la organización y de tener todo bajo control (su alimentación, su ejercicio físico, sus estudios, sus planes de fin de semana), y tenía una IMAGEN IDEAL de su cuerpo y de cómo tenía que ser (aquí aparecía el perfeccionismo). HACER EL DUELO POR ESA IMAGEN IDEAL para dar la bienvenida al CUERPO REAL. Este suele ser un tema muy difícil de trabajar para alguien que rechaza su cuerpo, ya que no quiere renunciar a esa imagen y teme “conformarse” con el cuerpo real. Ese cuerpo ideal es difícil de mantener en la realidad ya que conlleva una desestabilización en otras áreas.
Por ejemplo, M. buscaba tener una talla de ropa de niña en vez de adulta y en la etapa en la que lo había conseguido, había estado más triste que nunca, con muy poca energía, teniendo dificultades para concentrarse, más aislada a nivel social… Aquí estaba uno de sus conflictos internos que hubo que trabajar.
-MANEJO EMOCIONAL. Acoger la parte VULNERABLE, las necesidades que no fueron cubiertas. La VERGÜENZA, el MIEDO y la CULPA son emociones muy presentes en el rechazo al cuerpo.
Y hay una parte CRITICA, AGRESIVA Y AUTODESTRUCTIVA que hay que detectar, nombrar y trabajar en detalle. En terapia suelo animar a mis pacientes a que pongan nombre a esa parte para ir diferenciándola de otros momentos en los que se dirigen a sí mismas. Por ejemplo M. decía que tenía un juez implacable, otra paciente hablaba de “Su Rottermeyer”, otro de “Pepito Grillo”, “La Bruja”, “El monstruo”… Normalmente esta parte crítica está formada por mensajes críticos y destructivos que se escucharon en el pasado por personas importantes en la vida y que se han ido interiorizando hasta hacerlos propios.
-ROMPER LOS SILENCIOS: en torno a poner conciencia de realidad, y poder hablar de lo que temen, de lo que les preocupa. Todo lo que sienten hacia su cuerpo y en relación a la comida suelen llevarlo oculto.
-TOMAR CONTACTO CON EL CUERPO y aprender a identificar y regular las sensaciones corporales. Saber si actúan defensas relacionadas con traumas vividos (como la disociación).
M. estaba muy desconectada de su cuerpo, apenas podía distinguir qué sentía (cómo era su postura, respiración, cuándo su musculatura se tensaba o relajaba, había cambios de temperatura, hiperactivación o hipoactivación) e igualmente tenía muchas dificultades para identificar lo que sentía, hablaba en términos muy generales de “estoy mal o estoy bien” sobre todo al comienzo de la terapia.
Se me queda corto todo lo que habría que contar acerca del trabajo con el rechazo al cuerpo, pero espero que haya sido una introducción que anime a pensar y entender un poco mejor qué sucede a alguien que rechaza su cuerpo y cómo habría que trabajar en terapia con ello. Uno de los objetivos finales es conseguir LA ACEPTACIÓN y una mirada cariñosa hacia nuestro cuerpo en vez del RECHAZO.