Hoy vengo a hablar del sentimiento de culpa y de cómo poder convertirlo en una responsabilidad. La actitud en la que te coloca cada una de estas dos palabras es muy diferente: la culpa te instala en una pasividad mientras que la responsabilidad en una parte activa.
-LA CULPA COMO EMOCIÓN HUMANA
La culpa se produce cuando sentimos que algo no lo hemos hecho bien, hemos podido dañar a otros, ser imprudentes, irrespetuosos… Tiene una primera parte “humana” que es esencial en todos nosotros. Me refiero a “humano” en el sentido de que podemos ver a la otra persona, podemos tener empatía para darnos cuenta de que con nuestra acción hemos producido una consecuencia desagradable a la otra persona.
Lo que diferencia a un psicópata de alguien que no lo es, precisamente es este sentimiento. Dado que no siente empatía hacia los otros, conoce las normas sociales pero cree que está por encima de ellas, y no le importa arrasar con quien tenga por delante. Luego sentir culpa es algo necesario y adaptativo.
Ahora bien, ¿y después de darnos cuenta de esto?, ¿qué hacemos con la culpa?. Aquí es donde viene la clave de todo, ¿cómo se maneja la culpa?, ¿Por qué hay personas que se quedan instaladas en ella?
-LAS FUNCIONES DE LA CULPA
La culpa tiene distintas funciones, nos sirve para algo, y a veces no queremos desprendernos de ella:
La primera tiene que ver con lo que comentaba en el anterior bloque, así que no me detendré mucho más. Ser consciente del daño que he podido producir a otra persona.
La culpa como forma de AUTOCASTIGO: esto aparece en forma de autorreproches continuos hacia uno mismo con el objetivo de recordarme que soy “malo”, “inadecuado”, “agresivo”. A veces uno se queda enganchado aquí y entra en un círculo destructivo que es necesario entender y parar. El origen puede estar en haber recibido mensajes desde niño/a donde se transmitía que la culpa era nuestra, y haber ido interiorizando que éramos “malos”. Otra posibilidad es haber tenido unos padres muy culposos, y al escuchar cómo ellos se autocriticaban y autoculpaban, se ha aprendido que ese es el mecanismo que hay que hacer cuando sucede un conflicto con otra persona.
La culpa como DISCULPA. Esto quiere decir que de manera inconsciente, yo me culpo, me “machaco” con todo tipo de adjetivos no muy bonitos, como forma de liberarme de toda acción dañina que haya podido hacer. El ejemplo sería quien hace algo dañino, se siente culpable y volverá a repetir la misma acción una y otra vez, sintiéndose mal pero sin cambiar nada. De ahí la idea de la culpa como disculpa: siento culpa como forma de pedir perdón. Este camino es un tanto peligroso, ya que en la medida en la que me quedo fustigándome a mí, dejo de mirar a la otra persona y dejo de coger la parte de responsabilidad que me toca. Mientras me dedico a atacarme yo, no tengo que ocuparme de cómo reparo el daño cometido. De hecho es una función de la culpa bastante egoísta, ya que estoy más pendiente de cómo sentirme yo bien por lo que he hecho, que de reconocer y disculparme frente al otro.
La culpa como DEFENSA. Esta es otra variante de la culpa: sentirse culpable es una manera de afrontar situaciones traumáticas para nuestra mente. Por ejemplo, pensemos en una situación de abuso sexual cometido por un familiar a un menor. Ese niño/a necesita desesperadamente sentirse protegido/a y querido/a por los padres y adultos que están a su alrededor. Va a preferir pensar que él es el malo y que es el culpable porque colocar la culpa en ellos rompería la imagen “bonita” de sus padres. Romper esa imagen idealizada para un niño es una experiencia desoladora, por tanto, necesitan apropiarse de toda la culpa para ellos. La mente está más preparada para asumir esa culpa que para elaborar el dolor y sufrimiento que supondría reconocer que quien ha abusado de mí es una persona que tendría que estar protegiéndome, cuidándome, queriéndome y no lo ha hecho. Por esta razón es tan habitual en personas que han sufrido abuso sexual o maltrato sentirse culpable.
Este es el único apartado en el que la culpa nunca habrá de transformarse en responsabilidad. Quien sufre abuso sexual o maltrato nunca será responsable de lo vivido, sino que será una VÍCTIMA, y habrá que trabajar para desprenderse de dicha culpa, y recolocar quién es el verdadero culpable.
-DIFERENCIAS ENTRE CULPA Y RESPONSABILIDAD
ACTITUD ACTIVA VS PASIVA: mientras que en la responsabilidad uno tiene una actitud activa para hacerse cargo de lo ocurrido, ya sea para repararlo, reconocer el daño o para pedir disculpas; en la culpa existe una actitud mucho más pasiva.
PROBABILIDAD DE CAMBIO: en la responsabilidad hay más probabilidades de cambio, de aprender, de hacer algo diferente de cara a un futuro. En la culpa, si sólo me quedo viendo lo mal que lo hice y no aprendo nada de la experiencia vivida para un futuro, la probabilidad de hacer algo distinto será pequeña.
RECONOCIMIENTO Y AUTOCRÍTICA: en la culpa puede haberlos o no, mientras que en la responsabilidad siempre existe un reconocimiento de la acción y la capacidad de autocrítica para hacerse cargo y ver cómo reparar el daño (siempre que sea posible la reparación)
MIRADA AL PASADO, PRESENTE O FUTURO. La culpa sólo se queda mirando al pasado; mientras que la responsabilidad mira al presente y al futuro.
-LA RESPONSABILIDAD COMO APRENDIZAJE
Por lo tanto, es fundamental poder lograr transformar la culpa en responsabilidad. En terapia se trabaja para que en el presente y en el futuro las cosas sean distintas, y para ello hay que entender el pasado, integrarlo y despedirnos de él, si nos quedamos fijados en él, será muy difícil vivir el presente y proyectarse de forma sana en el futuro. La responsabilidad nos ayuda a aprender de nuestras experiencias y a poder cambiarlas.