En los últimos años, ha aumentado la tasa de separación y divorcios, y esto conlleva que muchas parejas se planteen cómo decir a sus hijos que la pareja se separa. Aquí os dejo algunas sugerencias para que tengáis en cuenta.
-AMBOS PROGENITORES INFORMEN. Las rupturas de pareja no siempre son amistosas, y cuando sea posible, es importante que ambos padres se pongan de acuerdo en qué y cómo van a decir a sus hijos que la pareja se ha roto.
Los hijos de padres que en su momento compartieron la responsabilidad de informar a sus hijos de la separación, tienen un mayor ajuste psicológico en el futuro.
Si no es posible que ambos padres informen juntos, sería muy conveniente que aunque lo hicieran por separado, ambos padres tuvieran una versión similar por el beneficio del menor, y para evitar colocarle en una posición incómoda de decidir a quién cree, y haya alianzas con alguno de los progenitores frente al otro.
-EL NIÑO TIENE QUE SER INFORMADO. Hay muchos padres a los que les genera una situación de conflicto tener que comunicar a sus hijos, y, o bien lo hacen de manera rápida, o bien en ocasiones el menor ve que están ocurriendo cosas y nadie le informa.
Una gran parte de los sufrimientos de los niños tiene que ver cuando existe un secreto o una mentira, y ellos no pueden expresar lo que sienten acerca de lo que está ocurriendo. Conocer una noticia dolorosa provoca mucho sufrimiento, pero es un sufrimiento que se puede expresar y elaborar. Es mucho más doloroso fantasear con posibles situaciones y estar en incertidumbre y en desconocimiento de las cosas, ya que las emociones se congelan.
Es común decir frases como: “se ha ido de viaje, o se ha ido a casa de los abuelos durante un tiempo por trabajo”. Esto sólo dificulta la aceptación y adaptación a la realidad del menor.
-NO ES NECESARIO DAR DETALLES DE LOS MOTIVOS DE LA SEPARACIÓN. La pregunta que tienen que hacerse los padres en torno a este punto sería: “¿Qué quiero conseguir con la información que voy a dar a mi hijo?. ¿Su bienestar o mi desahogo?”. Por ejemplo, frases como: “tu padre/madre nunca me ha querido, no sé si nos va a pagar la pensión…”, pueden perjudicar a los menores.
-LA DECISIÓN ES DE LOS PADRES Y NO ES MODIFICABLE. Muchos niños, y sobre todo si son más pequeños, pueden fantasear con la idea de que ellos son culpables o han tenido algo que ver en que sus padres se separen. Es fundamental trasladar al niño que los únicos responsables de esa toma de decisión son ellos.
Por otro lado, que el menor no puede hacer nada para cambiar la situación, y que se va a mantener así en el tiempo. En este momento, se puede informar al niño de como la separación va a afectar a las rutinas: quién se irá de casa, con quién va a vivir, cuándo va a ver al progenitor que se ha marchado…
-DAR UN ESPACIO PARA LA EXPRESIÓN DE LAS EMOCIONES DEL MENOR. A muchos padres les cuesta ver que sus hijos sufren, y tienden a protegerles de cualquier situación de tristeza. Es fundamental que un niño vaya aprendiendo desde pequeño que hay situaciones que provocan tristeza, y que es una emoción más, que hay que manejar y expresar. Será natural que exprese tristeza, enfado, frustración, impotencia, soledad, … y quien mejor que sus padres para entenderle y acompañarle en este proceso.
-ACLARAR QUE SE ROMPE EL VÍNCULO DE PAREJA, PERO NO LA RELACIÓN PADRE/MADRE-HIJO.
Sugiero a aquellos padres que tengan dudas acerca de cómo transmitir toda esta información, que puedan pedir ayuda. Es un momento difícil para todos, pero será manejable de cara a un futuro dependiendo de qué se diga y qué se haga en estos momentos.