Los celos son una emoción que se experimenta cuando uno teme perder a la persona que quiere en favor de otra. Como cualquier otra emoción, puede ser adaptativa en un cierto nivel de intensidad. Es importante diferenciar qué tipo de celos existen en la relación de pareja, para que no acaben convirtiéndose en celos patólogicos.
La idea de que los celos son una muestra indispensable del amor que existe en una pareja, hay que ponerla en entredicho.
¿Qué hay detrás de los celos patológicos?
- IDEA DE POSESIÓN: es la creencia de que el otro forma parte de mí, “es mío/a” y por tanto, puedo decidir por él, prohibir, censurar lo que yo considere en relación a cómo debe comportarse frente a una tercera persona. Por ejemplo: que no quede con amistades del sexo contrario.
- INSEGURIDAD, normalmente relacionada con una autoestima baja. Sentirse inferior frente a un posible rival.
-CONTROL: se muestra a través de comportamientos de comprobación: llamadas de teléfono, interrogatorios, revisión de cartas y objetos personales, control de emails, redes sociales o a qué hora ha sido la última conexión del whatsapp.
-DEPENDENCIA EMOCIONAL: “Si mi pareja me deja, me muero”, “no soy nada sin el otro", "lo daría todo por él/ella”. Estas podrían considerarse algunas de las frases que diría algo con dependencia emocional.
-DESCONFIANZA: si no existe una confianza en la pareja, el sentimiento de celos aumenta, ya que uno va a estar más alerta a cada movimiento “extraño” que haga la otra parte. El problema es que cualquier situación empieza a ser vista como “extraña”.
-VIOLENCIA: cuando los celos en la relación depareja se llevan a un extremo, puede llegar a existir violencia psíquica y/o física frente al otro miembro.
En toda relación de pareja es imprescindible establecer unas condiciones y unos límites claros de dónde empieza el espacio privado y personal de cada uno, y donde el de la pareja, así como transmitir la importancia de que sean respetados.
Recientemente un pacienteme contaba con mucha angustia cómo su pareja le pedía todas las noches que le enseñara el móvil, y si se negaba, recibía la siguiente frase: “Vaya, si no tuvieras nada que esconder, no te importaría enseñarlo”. Se sentía muy culpable de no hacerlo. Hubo que trabajar para que pudiera permitirse colocar sus propios límites de cara a su pareja.
También he trabajado con el otro miembro de la pareja, la parte celosa, la cual también sufre, y me decía cómo de manera obsesiva no era capaz de quitarse de la cabeza qué estaría haciendo su pareja, con quién estaría hablando… El miedo le provocaba auténticas fantasías terroríficas de traición y abandono. En muchas ocasiones, más que intentar parar los celos de una manera racional, hay que entender y desgranar cuál es su origen y para qué aparecen.
Si los celos se mantienen en la relación de pareja, es recomendable solicitar ayuda profesional, ya que pueden deteriorar dicha relación, hasta incluso terminar por fracturarla.
Por último, quiero acabar este post con una frase de un escritor llamado Ambrose Bierce: “Celar es temer perder a alguien, que si uno perdiera por lo que teme perderlo, no valdría la pena haberlo conservado”.