Alfred Adler fue un psicoterapeuta que se interesó por la relación entre el orden de nacimiento de los hijos en una familia y el desarrollo de la personalidad. No es determinante pero sí un factor significativo.
Muchos padres cuando llegan a la consulta expresan: “no sé cómo habiendo dado la misma educación a mis hijos, son tan diferentes”. La explicación es que cada uno de los hermanos nace en un momento específico del ciclo vital de la familia, ya que la familia está en constante movimiento y cambio. Un hijo nunca será educado de la misma manera que el siguiente.
Me gustaría comentar algunas generalidades que suelen aparecer según el orden de nacimiento de los hijos:
-HIJO ÚNICO: las figuras de apego dedican el cuidado, la atención y el afecto en exclusividad a este hijo. Pueden tener respuestas “adultizadas” a una edad temprana como resultado de la atención y protección de los padres. Es una situación idónea para el desarrollo intelectual y de la autoestima, aunque en contrapartida, si existen conflictos en el subsistema conyugal, tendrá más probabilidades de quedar inmerso y triangulado en ellos. Por otro lado, será necesario favorecer la individuación con respecto a los padres.
-PRIMOGÉNITO: Suele ser muy deseado tanto para los padres como para los abuelos, hay una gran cantidad de expectativas sobre él. Suele ser el depositario de la confianza y de la autoridad de los padres. Se le adjunta el rol de “responsable”, “fuerte”, “el ejemplo a seguir para los hermanos”. Frente a éstos, puede tener comportamientos paternalistas. Es importante ayudarles a disfrutar de su condición de niños y retrasar al máximo esos roles de la vida adulta.
Por otro lado, vive el destronamiento, ya que el nacimiento del siguiente hermano le relega de esa posición privilegiada que ha estado ocupando, donde sólo él se llevaba la atención.
-HERMANO MEDIANO: tiene las ventajas y los inconvenientes de ser el mayor y el pequeño, ya que es ambas a la vez. Puede tener un estado de indiferenciación dentro de la familia, necesita luchar para que se le tenga en cuenta, tener un rol y su espacio propio. Suele ser más independiente y menos apegado a la familia. Puede ser luchador y competitivo.
-HERMANO PEQUEÑO: nace teniendo que compartir la atención de sus padres desde el principio. Suele ser más consentido, a veces es el más buscado. En la familia pueden prolongar el considerarle pequeño durante más tiempo, por lo que es necesario, igual que al hijo único, favorecerles la individuación. Puede sentirse más libre de las responsabilidades familiares.
Como última reflexión, la relación entre hermanos es la más íntima y duradera, ya que puede durar más que muchas amistades y relaciones de pareja, y van más allá de la muerte de los padres.