Este post surge a partir de la lectura de la novela: “Número dos” de David Foenkinos. Me ha gustado mucho y me ha parecido interesante traer el tema del que trata el libro: cómo hacer frente a un rechazo, cómo asumir quedarse en segundo lugar y cómo vivir a partir de este tipo de experiencias.

·       QUÉ ES FRACASAR

          Si acudimos a la Real Academia Española y buscamos la palabra fracaso, nos aparece: “mal logro, suceso lastimoso, caída”.

           El fracaso es una experiencia interior de derrota, la consecuencia de haber puesto mucho esfuerzo, ilusión y expectativas en algo o alguien y que no salió como esperábamos. Hablar de fracaso implica hablar de expectativas que no se cumplieron.

·       HISTORIAS DE FRACASOS

      “Número dos” es una novela muy interesante en la que mezcla realidad y ficción. En el año 1999 hubo un casting de actores para el papel del protagonista principal que interpretaría a Harry Potter. Junto a Daniel Radcliffe quedó otro niño desconocido en SEGUNDO LUGAR a las puertas de representar ese papel. ¿Qué fue de este niño? En la novela relatan la posible vida de Martin Hill, y su sufrimiento al imaginar cómo podría haber cambiado su vida. Se grabaron 8 películas en 10 años de una de las sagas más reconocidas en los últimos tiempos. Es una historia de duelo, pérdida, dolor, frustración, impotencia, rabia, envidia…

        El libro me ha hecho reflexionar acerca de: ¿qué fracasos hemos vivido en nuestras vidas?, ¿en cuántas ocasiones pudimos quedarnos en segundo lugar?, ¿Cómo pudimos manejar dichos fracasos?, ¿cuáles son los factores que nos pueden ayudar a enfrentar un fracaso?

       En la novela relatan otras historias de quedar en segundo lugar: Pete Best fue el batería que tocaba en The Silver Beatles y que fue reemplazado por Ringo Starr. Le echaron unas semanas antes de que los Beatles empezaran a construir el camino del éxito y se convirtieran en una banda legendaria. ¿Cómo habrá vivido Pete Best ser el número dos?

·       EL RELATO DE UNO DE MIS FRACASOS

          Y como el tema de hoy son los fracasos, voy a contar uno de los míos: recuerdo cuando acabé la carrera y empecé mi formación en un Máster de Terapia Familiar y de Pareja. El primer año ofertaban unas prácticas durante un año en un Hospital. Iban a tener lugar en el servicio de Psicooncología del Hospital. Aprenderíamos del trabajo psicoterapéutico en un ambiente interdisciplinar, pudiendo atender a enfermos/as de cáncer y sus familiares. Yo estaba muy ilusionada con este proyecto, con ver de cerca el trabajo de psicoterapia y aprender mucho.

        De alrededor de 30 alumnos/as que éramos en este primer año del Máster, nos presentamos dos personas como candidatas para las prácticas. El resto no estaban interesados/as. Sólo había una plaza de prácticas disponible. Iban a hacernos una entrevista personal y en base a ella elegirían a uno de los dos. No fue una entrevista de curriculum, ya que tanto mi compañero como yo teníamos la misma experiencia (es decir, ninguna). La entrevista se basó en relatar nuestra historia de vida, nuestra historia de pérdidas, de duelos, de contacto con la enfermedad, con el cáncer… Salí contenta de allí, esperanzada, con muchas expectativas puestas en aquellas prácticas. Y a los pocos días, me comunicaron a través de un email que no había sido elegida. Fue una decepción, sentí tristeza, sentí frustración, me pregunté durante tiempo qué estuvo mal en aquella entrevista o qué vieron mejor en mi compañero, ¿estaba más preparado que yo?, ¿En qué?. Recibir un no a secas se hace duro. Recibir un no con explicaciones es duro también pero al menos te da la oportunidad de asumir lo que no tienes y valorar cuánto es trabajable o no. (Porque habrá cosas trabajables y otras que no lo sean y que haya que aceptar). 

        Empaticé con Martin Hill: ver a mi compañero cada día en clase del Máster se me hizo difícil un tiempo. A gran escala, qué duro tuvo que ser para ese niño que quedó en segundo lugar convivir con Harry Potter durante tantísimos años.

·       NUESTRA HISTORIA INFLUYE EN CÓMO GESTIONEMOS EL FRACASO

          Hay personas que consideran los fracasos como algo de lo que poder aprender mientras otras frente a una situación similar se quedan hundidas. ¿Cómo es posible?. Como en tantas otras ocasiones tenemos que echar la vista atrás para conocer la historia que hay detrás:

        -Cómo en su familia de origen se vivió el éxito y el fracaso: qué se decía, cómo se comportaban, cómo se expresaban las emociones al respecto. ¿Había una mirada comprensiva hacia el fracaso o sin embargo había una mirada crítica e hiperexigente?. Sin duda quienes hayan crecido con una mirada cariñosa y comprensiva podrán ver el fracaso como una oportunidad de crecimiento. Quienes la hayan vivido desde una mirada hipercrítica, querrán huir a toda costa de cualquier experiencia de fracaso.

          -Qué concepto tenemos de lo que es un éxito y de lo que es un fracaso. Esto tiene que ver con las expectativas que ponemos a las cosas y con el valor que le damos. Tenemos que revisar si existen ideales de perfección. Quizá para alguien sea un éxito hacer deporte una vez en semana y para otra persona ser un fracaso porque considera que lo exitoso sería salir 5 veces en semana. Tener ideales muy rígidos de perfección hará más difícil asumir los fracasos porque la caída será mayor.

          -A qué éxitos/ fracasos nos hemos tenido que enfrentar y cómo los hemos manejado. Si en nuestra vida hemos ido equilibrando tener éxitos y fracasos, estaremos más preparados para los segundos que quienes solo conocen los triunfos y han experimentado pocas situaciones de fracasos.

        -El manejo que tengamos para identificar y expresar emociones también influirá, ya que vivir un éxito y/o un fracaso es una experiencia muy ligada al mundo emocional. Podemos sentir desesperanza, tristeza, rabia, frustración, culpa, miedo… y la capacidad que tengamos de manejar las emociones también ayudará a la hora de encajar los fracasos que vivamos.

         -El apoyo social con el que contemos. Una situación de fracaso si se comparte y se vive con un apoyo social será más reconfortante que si la vivimos en soledad.

      -Conocer el motivo de por qué no nos eligieron. Tener explicaciones ayuda frente a no saber y la incertidumbre, aunque de la misma manera hay que hacer un proceso de duelo de lo que no se tuvo. 

·      LA TEORÍA ATRIBUCIONAL DE WEINER

       Bernard Weiner es un psicólogo social que desarrolló la teoría de la atribución causal que explica cuáles son las causas que hacen que consideremos que algo es un éxito o un fracaso, qué información tenemos en cuenta para explicarlo y qué consecuencias tiene la explicación o atribución realizada.

          La causa de un suceso no es aquella que se observa directamente sino que de manera subjetiva dos personas podrían hacer atribuciones causales distintas frente a un mismo suceso.

        Las causas más habituales a las que atribuimos nuestros éxitos o fracasos suelen ser: la habilidad o capacidad de una persona, el esfuerzo empleado, el azar y la dificultad de la tarea.

          Para terminar este post os animo a que os pregunteis: ¿Quedaste alguna vez como número 2?, ¿Cómo te sentiste?, ¿Cuál fue tu vivencia al respecto?

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